
Después de mucho tiempo de ausencia en una carrera, apareció Bernie Ecclestone en la parrilla de Interlagos. Y, casualidad seguramente, pero en el GP de Brasil se armó la marimorena como en los tiempos en que era él quien movÃa los hilos de la F1. Con los tÃtulos de piloto y constructor decididos, parecÃa que ya estaba todo el pescado vendido. Pero la carrera de Sao Paulo -intensa, divertida y emocionante- aportó tal dosis de picante a la situación que la cita del Yas Marina tiene ahora más morbo que un capÃtulo del podcast de Corinna, ya que hablamos de Abu Dhabi. Todo indicaba, sobretodo después de su victoria en Singapur y de los últimos "gatillazos" de Leclerc, que el subcampeonato de pilotos iba a ser para Checo Pérez y el de marcas para Ferrari. Pero el egoÃsmo exhibido… Seguir llegint